-->
domingo, 27 de septiembre de 2009
Las cartas sobre la mesa
-->
domingo, 20 de septiembre de 2009
domingo, 6 de septiembre de 2009
Hablemos de Quién
jueves, 20 de agosto de 2009
Lalala love
Grupo: Room Eleven
País: Holanda
lunes, 17 de agosto de 2009
Dulcísimo y atroz
Que me parta un rayo si hay un cuerdo en la ciudad, un sensato, uno solo y con suerte más, que la vida ya no puede con tantos “normales” que se encuentran diferencias hasta en los oídos para fingir que se conocen desde sombra a contraluz.
¿Y nos dicen locos porque vamos jugando a caminar con un pie completando nuestros pasos con el pie del otro? ¡Qué raros son! Ellos, los de siempre, los que nada saben de ser otros: de convertirse, fundirse y reciclarse; ser otros como tú y yo amor, que de tan idénticos licuábamos pedazos de los dos haciendo líquidos los sueños nuestros. Nosotros, los amantes, los que no salían a balbucear intimidades embarradas en los dedos-regordetos-y en los labios con un beso.
Que por el ansia de llenarnos de amor tuvimos sexo tantas veces que perdimos ya la cuenta y se nos desparramaba la ambición de perpetuar en el acto los cuerpos que algún día habrán de decaer, sí, de caer algún día se romperán los huesos, mientras tanto te quiero, te quiero TODO porque tanto es mucho y mucho es poco.
Que me falta tiempo para ti, hablo de tiempo /mucho tiempo/ incluso más de lo que marca el calendario, pues entre lunes y domingo, primavera e invierno, diciembre y enero lo único que sobra es voluntad para necesiTARTE.
lunes, 10 de agosto de 2009
Neproshu
Yo no lo sé de cierto, pero sospecho que en ese circunloquio de disfraces y antifaces habitan espectros de la vida real representados hábilmente como reflejos de un espejo. El bien y el mal interactúan entre sí dejando constancia de su unión inseparable y, la multitud desde las gradas es el narciso atraído por el efecto que provoca mirarse a sí mismo.
domingo, 2 de agosto de 2009
Mole de versos
No, esta vez no lloraré, que si desgracias sembramos en tiempos de crisis se cosechan nostalgias. Quizá, ya mañana quizá, desterremos las penas que tanta ardedura le cimbran al alma. Mientras tanto vete, vete y no vuelvas: Qué te vaya bonito-volarán las palomas-nacerán las rancheras-cucurrucucú.
Y si regresas, ¡peligro!, que el tequila te borra: temblarán las lloronas-sacudidas de orgullo-versarán “retirada” y “la media vuelta”.
Hace tanto más cuanto que quise volar de un soplido la puerta y hace más que de un grito intenté derribar de un jalón la cantina, y me puse iracundo al contar los centavos de un pobre cualquiera... que al beber más beber el pudor se olvidó al zapatear el jarabe.
¡Ay Jalisco no llores!, que las iglesias-los santos-limosnas-sombreros-las botas-los sones nos pintan bonito, si aún te quedan las flores, o de menos las malvas, es que las rubias-las tontas-bonitas-perfectas-prefieren las joyas o acaso el champagne.
Pero ya no tu arte, nunca más serán ellas, ¿Dónde quedan tus logros-tus años de gloria-tu gente-tus verdes? ¡Se mueren! ¡Se mueren!
Quien pensó que la vida era un mapa insaboro no ha de ser un latino de hueso-pulmón, pues de especias y ritmos, de olores-sabores, poemas-canciones, de chiles-limones, la vida es mejor.
No… esta vez no lloraré, las cebollas se han ido y no hay más que provoque esta sed y apetito de añorarte y saciarme. De ti queda el recuerdo, el olvido y el beso; un adiós, un regreso y un mole de versos.
domingo, 12 de julio de 2009
Me matas

de verdad que me matas
Me envuelves,
Me complicas,
Ay, no pares,
Me matas,
domingo, 28 de junio de 2009
Como si fuese el último día
Desde el principio del trayecto le pareció que el clima era perfecto: gotas gruesas rebotando contra el piso, charcos de agua imparable fluyendo como riachuelos junto al contorno de las banquetas y aire partiendo las gotas en cápsulas delgadas y multiplicadas. La noche por su parte caía implantando su tapiz oscuro y estrellado, el silencio era gozoso, se escuchaba sólo el sonido del líquido al mojar el pavimento y el aire que con dinamismo refrescaba árboles y calles.
Si su emoción era tal que sollozos inadvertidos rodaron por sus pómulos nadie al verlos pudiese diferenciarlos de la lluvia. Se sentía ligero…ligero y libre. Corrió de ida y vuelta sin rumbo fijo enjuagando su pensamiento de malos recuerdos en todo momento.
Corrió y corrió sin claudicar a seguir, después de un tiempo se percató que había olvidado los zapatos, nada trascendental porque finalmente correr descalzo era como permitir que el alma escapara y después de un chapuzón regresara cuando lo creyera necesario. En aquel instante era necesario únicamente dejar que su cuerpo siguiera un ritmo comandado por su mente.
Jamás sintió lástima por X, entregó el corazón hasta el último minuto y eso era algo que lo dejaba satisfecho, pensaba que todo suceso seguía un orden lógico y traía consigo una razón que bien asimilada podría ser utilizaba a su favor.
De regreso a casa cayó rendido al suelo breves pasos antes de llegar a la cama, pues de pronto le pareció el lugar más fresco y acogedor para dormir. No recuerda la totalidad de años que estuvo somnoliento pero al despertar un expresso lo esperaba en la cocina; abrazó a su madre quien con una mirada mimosa y comprensible le solapaba no haber pasado la noche en casa. No hubo necesidad de explicaciones, pero sí de un abrazo dedicado a sanar el alma, como atajando buena energía a un ser amado cuando más lo necesita.
Armonizado con versos de Verne y continuamente una novela de Bucowski leyó como nunca sin concebir el tiempo, y escribió a la par dejándose llevar por la diarrea literaria que lo emancipaba.
Y como si ése pudiese ser el último día de su vida, decidió que habría que pasarla fenomenal, así que decidido llamó a sus amigos para tenderse a pláticas tan loables como interminables, se fue de compras, cantó un intento de ópera en la regadera sin censura ni efectos de sonido, versionó el tango, pop y cumbia con coreografías cero estéticas pero bien intencionadas, recitó frente al espejo poemas memorizados en sus antiguos recitales, comió helado de vainilla con pastel de chocolate robando el molde y sin pagar, cometió errores, más de lo común, fue un imperfecto-sin-moral-acusadora y se reconcilió con el orgasmo durante noches enteras para terminar desnudo en un lugar anónimo por ocasión.
Lo que seguía era aún mejor, pues con los ojos cerrados, los brazos al aire y acelerando el paso, saltó sintiendo que volar era posible…
®Adrián Mariscal-2009
jueves, 11 de junio de 2009
Pausa
/ Pausa /
domingo, 7 de junio de 2009
Olvidé mi escoba en tu ventana
/ Toc toc toc /
Olvidé mi escoba en tu ventana y desde ahora soy más lento cuando de llegar a ti se trata. Lamentarás que ya no tenga la intención de hacer un eco a tu impaciencia, o que por costumbre ya no quiera atolondrarme a cada noche por pensar en ti, ni sonreír estúpidamente, tal como una hiena a diferencia del paisaje. Sumido en una sábana de sueños húmedos, embarrado el sexo en la psique y en las manos.
La última vez me había jurado no volver a llamarte, pero la telepatía hizo de las suyas y heme aquí situado en la banqueta, asustado por el terror que ocasiona mirarte en cada objeto, por debajo de mis mapas, intimidado del peligro, a través de la garganta y fracasado en mis ensayos de pretender tenerte en el rincón de mi sillón.
Por vivir en mi mundo aparte de la mano al plato se me cayeron los zapatos, el café como remolino me hizo chispas la faringe. Los cubiertos se creyeron D´Artagnan y trituraron el trozo de panqué, y yo que de porciones estoy lleno hasta los huesos.
Haría falta un opulento manjar en tu mesa después del ajedrez, y brindar por importancias como la hora número 25 o las rayas que nunca piso en las banquetas, por los cuatro dedos de mi mano izquierda y las 15 veces que he mirado a Peter Pan, pero sobre todo, brindar por ese, el innombrable, por quien rompería mis piernas porque estuviese presente a la salida del teatro.
Además olvidé mi lengua enroscada en la nevera, tres centímetros de piel que no sobrevivieron al brote de sadomasoquismo aquella tarde de cuaresma. Entre mi lista de extravíos hay también espacio para mi plumero de avestruz, el disfraz de Don King Kong, mi colección de fantasías playboy, y mis tacones de… de esto último NI UNA SOLA PALABRA.
¿Podrías facilitarme el uso de la escalera para rescatar a mi gato atrapado en tu manzano? O bien, si no es mucha molestia permíteme sacudirlo para que caigan a su vez el montón de pensamientos que olvidé entre sus ramajes.
Por mi cortometraje interminable, los libros negligentes con sus dos que tres poemas dedicados, los momentos enterrados y todo índice de recuerdos simultáneos tampoco debes preocuparte, puedes quedártelos todos…
¡Pero devuélveme mi escoba!
jueves, 4 de junio de 2009
Queda prohibido llorar con la nariz
Los muñecos son una especie en peligro de extinción que nadie quiere rota. Perversa creación donde a falta de vida sobra material sintético-perfecta-imitación. Insensibles agostos cuya ausencia de guerra traen consigo un mar impío de absoluta paz.
¡Qué se vengan los cometas y nos inunden de dragones!, ¡Caigan los impuros! uno a uno hasta limpiar la arena. Y de las almas, ¿Qué hay con ellas? - Un vacío mezquino irremediablemente - de ellas hacer un nudo trabado en la conciencia.
¡Qué comience el espectáculo!
Pero después
(Exactamente después)
Queda prohibido llorar con la nariz.
sábado, 25 de abril de 2009
Frankenstein regresa
Lo que seguía era cocerle diez puntadas a su dedo índice, el pobre había quedado tan remachado como un puré de papa. Una costurita por aquí y otra más por allá. En cuanto a la cabeza-“ni cómo hacerle”- sería mejor lanzarla desde el octavo piso del edificio, o reventarla con una carga de dinamita marca ACME, y una vez en trozos, añadirlos como ingredientes a un cóctel de rarezas- seguro que era comestible- insinuaba. Los pies fueron sustituidos por dos bloques de cemento pintados con técnicas Riverezcas, y como toque final un pincelazo tono acre disimulado en el ombligo. ¡Ni que Van Goght ni que Picasso!- festejaba Marie mientras forcejeando los detalles de su obra de arte se convencía de no dejar rastro de vida en su lienzo voluntario.
Por lo demás, cero drama y sentimientos de culpa. Durante la exposición diría que cuando llegó ya estaba muerto o que un rayo errante y veloz le partió la cara en dos. Y si cualquiera que la juzgase dudara acerca de su honestidad, delataría al amigo Shelley quien mordaz certificó que Frankenstein regresa…
jueves, 9 de abril de 2009
Confieso que matè a Juliette
* Hombre sentado en una silla eléctrica, luce exhausto y resignado, no muestra síntomas de consternación ni se rehúsa a la sentencia, por el contrario, se arrellana en la silla placidamente y se dispone a meditar con los ojos semiabiertos. Entre pestañas puede mirar a su madre llorando, la misma con quien se negó a compartir sus últimas horas. Su último deseo: 10 minutos para hablar sobre la muerte de Juliette…
Confieso que maté a Juliette, si es que eso ayuda a simular un estado de justicia y, sin embargo garantizo que no fue un crimen sino un acto de bondad. Confieso que el día de su muerte me vestí de gala como quien asiste a una ceremonia, ella por su parte hizo lo mismo, modeló en su cuerpo el mejor de sus vestidos, se perfumó los brazos y de su pecho hizo un mapa por donde viajarían mis huellas…
Tenía conciencia de su punto débil, su estrategia era morir con arte y con honor. Otra mujer en su lugar se habría espantado al recibir una carta en la que le amedrentaran, pero ella, Juliette, era una entre un millar.
Si me solicitaran calcular su edad diría que tenía la edad del mismo infierno sostenido en una estrella, tenía cinco, sesenta o treinta y tantos, solía ser tan inocente como una niña que no distingue la maldad, o una joven núbil que con desmedida belleza atrapa en su cuerpo los sueños más perdidos de un hombre fetichista, o una anciana sabia y legendaria que adivina pensamientos y se atreve a deducir el futuro. Sin temor a equivocarme supongo que Juliette no tenía edad.
¡OH Juliette!, tan pulcra e infinita, confieso haber atestiguado el método con que te robaban la vida e incluso así reclamar mi inocencia, yo sólo fui el testigo por el que la muerte se condujo hacia ti para tomarte entre sus brazos. La perfección nunca ha podido ocupar un espacio en este mundo de mortales.
Juliette creó la poesía y la música, la naturaleza y la palabra justo antes de nacer, ella nació el séptimo día, tremendo error si se supone descansaba el creador, fue un descuido, un accidente o, peor, un aborto de pensamiento condenado a vivir sobre la tierra.
Si yo la maté, es incierto, pues incluso revelando el nombre del verdadero criminal, yo habría de morir con la seguridad con la que todos lo haremos algún día, y sería mejor sucumbir en acto heroico por guardar el secreto sobre su muerte que hacerlo en manos de un autor protegido por las leyes del Estado y de la Iglesia.
Confieso que maté a Juliette, y entonces cuál es la diferencia entre mentir por sometimiento o porque diciendo la verdad obtendría el mismo resultado?... si él dijo que lanzaran la primera piedra, háganlo antes que sus manos señalen a los verdaderos culpables desu muerte.
* La silla eléctrica libera una descarga que deja al hombre sin vida en apenas un instante. En el cuarto se respira un ambiente de tensión y culpa justo a un lado de la sensación de haber determinado lo correcto. La muerte de Juliette ha sido vengada según sus delatores. Los pisos del lugar de pronto son barridos con escobas de justicia…no hay tiempo que perder, horas más tarde debe ser juzgado el próximo condenado. Todos los arreglos están listos para que Juliette vuelva a morir.
martes, 10 de febrero de 2009
El dìa que perdì la memoria
El Señor G me obligó a creer que después de ese día, yo no era nadie, que mi vida nació desde aquella partícula de tiempo en que volví a ver la luz. Si para mí era absurdo en ese tiempo, ahora me resulta ofensivo y hasta grotesco.
¿Obligarme a aceptar que era yo una cosa naciente y casi nueva? ¿Entregarme a los padres equivocados que me recibieron cual si fuera un obsequio que les alegraría la vida?: ellos eran jóvenes, demasiado jóvenes para poder ser considerados mis padres naturales, resultaba ilógico que encargara mi tutoría a un par de jovenzuelos más o menos de mi edad.
Yo era vulnerable, indefenso para entonces, debía aceptar lo que el Señor G decidiera o me borraría del mapa por más absurdo que parezca. Habría deseado recordar más detalles de mi vida que los zapatos, el curita o los labios, esos labios, los de él (quién era él).
Sentí que la conciencia me traicionaba por un momento, que el corazón se aceleraba y cuando intentaba recordar y hablar no podía hacer más que llorar. El llanto se convertía en la única manera de comunicación y defensa natural; qué estùpido-frágil era yo, había perdido la razón con toda seguridad.
G me encargó con el par de mozos, quienes no paraban de hacerme bromas y disfrazarse de tontos para hacerme reír, también recuerdo haber estado sumido en una tristeza extrema, con la cara pálida y el alma dividida en canales como un desmayo.
Recuperar toda capacidad para valerme por mí mismo era tan absurdo como huir de quienes me acogían sin saber quién era mi familia, mi lugar de origen y mis recuerdos. Depender de unos padres nuevos y desconocidos que me trataban como a un analfabeta sin poderlos maldecir o ¡maldita sea! agradecer, era un sentimiento indescriptible, inconcebible.
Pero era cuestión de tiempo, 10 meses después aprendí a caminar, dicen que las primeras palabras que pronuncié fue “mamá” y después “papá”, para entonces ya los apreciaba como tales, también fui prematuro al leer y escribí mi primer poema 6 años después, era una serie de versos forzados, tan vergonzosos que tuve que esconder cuando pude escribir mejor.
Hay algo memorable que sucedió en aquellas fechas: Dejaron de importarme los recuerdos, pues ya tenía las herramientas para comenzar a vivir una nueva vida y olvidarme del pasado, como sea que éste fuese…
domingo, 1 de febrero de 2009
Su nombre es Debacle
He llegado a un punto en el que todo me parece absurdo. Absurda es la mañana que me pide levantarme cuando desearía seguir dormido, dormir de noche y de día, mezcla de vampiro y mortal, siempre a todas horas: cerrar los ojos: desaparecer.
Absurdo es no tener fe y que la inteligencia te abandone en decisiones estratégicas, no creer que puedes superar con creces al rival de tu reflejo. No tener talento para imaginar un rescate ni dinero para comprar a la imaginación.
Mientras recupero la fuerza para combatir la estupidez de fin de mes, les presento a mi enemigo:
domingo, 11 de enero de 2009
La Alternativa
No soy una posibilidad, con trabajo llego a ser una idea embarrada en un portal. Trabajo arduo sobre papel para inventar un poema que retrate lo que siento, y es ahí donde caigo en la cuenta de que “amor” y “corazón” son las palabras que nunca faltan en una composición. ¡Qué trillado es el amor!, ¡qué maldito enfermo es el amor! sobreexplotado, necio, gastado, absurdo, infame, lindo, indestructible, vulnerable, ridículo, necesario (¿y quién da más?) es el amor.
No conozco al que escribe, a duras penas sé que escribe porque hay algo que lo aflige y trata de escucharse o recuperarse…pero siempre hay algo, un tropiezo o un resquicio que lo hacen dar cuenta que hablar de él en tercera persona es como un infinito de alternativas, en algún momento es posible el silencio, pues la sinceridad tiene sus límites.
No puedo ser un excéntrico payaso que convalezca al mundo de sus conjeturas, y de qué sirve leer las ocurrencias de este despistado cuando lo único que intento es sanar un descalabro o relucir mis desvaríos, jugarle a la vida un poker todos los días y guardarme las mejores cartas hasta el final para sorprenderla con un haz bajo la manga.
La alternativa es perdonarme, alimentar al imperfecto que ante todo es ser humano, resistir con equilibrio los extremos desdeñables. La alternativa también es perdonarte, dejar de cegarnos en pasado y mirar al frente sosteniendo al amor entre las manos. La alternativa es pedirte compasión cuando soy un idiota y me lamento por tu olvido involuntario, es construir un lazo de mimos en tu mente para que no me extrañes cuando ya no esté.
¿Con que ésta es la alternativa para sobrevivirme?...nada impresionante, pura lógica de subsistencia, pues ya es sabido que tanto en la vida como en el amor, los egoístas y los estùpidos son los que salen perdiendo…
.