sábado, 6 de marzo de 2010

Memorias de un loco cualquiera


Pasan las horas en vano, los porqués no preguntan, soy un loco cuya historia camina en sentido contrario. Pienso en las ventajas de ser invisible, pasar desapercibido por las calles confundido con un bulto que puede ser un costal de papas o un árbol huyendo del incendio, ¡qué importa!, pierdo el tiempo.

Quisiera ser una obra de Picasso-objeto abstracto con el color retorcido, o un poema de Girondo-distorsionado hasta la médula. ¡Qué pena que mi vida no sea tan trágica para poder ser plasmada en un cuadro de Natchwey!

Devoro hojas como un perro hambriento y me da lo mismo ser un cualquiera. Al fin que los sueños aún son gratuitos y no hay que pagar por dormir en la arena.

¡Ten cuidado con lo que deseas que la mentada estrellita-fugaz te lo restriega en la cara!. Hay moléculas de agua atrapadas en el aire, lo siento en cada inhalación en que un sopor invade mis pulmones.

Todos saben que Pimpón es un muñeco muy guapo de cartón, pero nunca se habla de la Barbie de los pechos intergalácticos que se regala en cada esquina del barrio.

Compro cosas que no necesito por si algún día las puedo deshechar. Los días que pienso me quedo con una rabia irreversible por no haber matado cuando pude al imbécil Cara-De-Náusea.

Entre tantas otras cosas a las que puedo odiar, odio también a la barra de chocolate que como bola de grasa se almacenó sobre el alma, odio al verano traga-suéteres-abrigos que disimulan el vestido que me queda mal. A mi dolor de muelas, a la puta noche y al intento número mil de la Utopía que no fue...


®Adrián Mariscal

1 comentario:

Hayku dijo...

aaaaaaaaaaammaaaaaaaaaaazing